Por Marcelo Gullo

Art. publicado en:

http://www.elortiba.org/in_act3.html#Malvinas:_suramericanizar_la_reivindicación_y_aumentar_los_costos

 

Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa consiguió de esa forma europeizar la ocupación de Malvinas. Por lógica consecuencia, la única estrategia posible para Argentina, a partir de ese momento, consistió y consiste en latinoamericanizar y suramericanizar el tema Malvinas. Por otra parte hay que comprender que la víscera más sensible de Inglaterra es el bolsillo. Por lógica consecuencia Argentina debe elevar los costos de la ocupación británica de Malvinas y dificultar todas las actividades económicas que los ingleses decidan emprender en el archipiélago o en sus aguas adyacentes. Este es el objetivo táctico que debe guiar, como principio absoluto de acción, la política argentina con respecto a Malvinas.

 

Sin duda alguna la decadente Gran Bretaña piensa que Malvinas es su pasaporte al futuro porque Malvinas será, en un futuro cercano, el Kuwait del Atlántico Sur. Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el 1 de diciembre de 2009, Gran Bretaña logró que nuestras islas Malvinas formarán parte de la “región ultraperiférica de la Unión Europea” prevista en el Anexo II de aquel Tratado. Así los 27 miembros de la Unión Europea se hicieron cómplices y garantes de la usurpación británica de las islas Malvinas. Gran Bretaña consiguió de esa forma europeizar la ocupación de Malvinas. Por lógica consecuencia, la única estrategia posible para Argentina, a partir de ese momento, consistió y consiste en latinoamericanizar y suramericanizar el tema Malvinas para que las repúblicas latinoamericanas se conviertan en activas protagonistas en el proceso de recuperación de la soberanía argentina sobre las islas del Atlántico Sur. Sin duda alguna, en Caracas y en Montevideo, la Argentina, ha dado pasos importantes, para latinoamericanizar y suramericanizar su reivindicación de Malvinas, consiguiendo que todos los países hermanos de la América Latina condenen la usurpación británica y su intento de apropiarse de la riqueza petrolera malvinense.

Sin embargo, es preciso pasar, de forma inmediata, de la solidaridad declarativa a la solidaridad efectiva. Pasar, de las palabras, a los hechos. Para Argentina resulta imprescindible elevar los costos de la ocupación británica de Malvinas y dificultar todas las actividades económicas que los ingleses decidan emprender en el archipiélago o en sus aguas adyacentes. Este es el objetivo táctico que debe guiar, como principio absoluto de acción, la política argentina con respecto a Malvinas. Hay que comprender que la víscera más sensible de Inglaterra es el bolsillo. Hasta ahora, Gran Bretaña ha disfrutado de un cómodo statu quo. Argentina debe bajar el tono de las declaraciones y pasar a hablar con la contundencia de los hechos. Es, en ese sentido, que Argentina necesita del apoyo efectivo de todas las repúblicas latinoamericanas pero, fundamentalmente, de tres de ellas: Brasil, Uruguay y Chile.

Evidentemente Argentina no puede – dada la relación de fuerzas – impedir la explotación pesquera y petrolera del archipiélago malvinense por parte de Gran Bretaña pero, puede, contando con la solidaridad efectiva y no solo declarativa, de Brasil, Uruguay y Chile hacerla muy difícil en términos técnicos y económicamente muy costosa. Es, en ese sentido, que Argentina necesita:

1) Que Brasil; Uruguay y Chile se comprometan a que todo buque –cualquiera sea su bandera- que transite entre puertos brasileños, uruguayos o chilenos y las Malvinas o que atraviese sus respectivas aguas jurisdiccionales rumbo a Malvinas, tenga la obligación de solicitar una autorización previa ante sus respectivas autoridades nacionales, autorización que debería ser automáticamente denegada en el caso de que transportasen cualquier material que directa o indirectamente sirviese a la exploración petrolera en las Malvinas. La autorización debería ser denegada también a todo buque –cualquiera sea su bandera- que participe directa o indirectamente en la explotación pesquera.

2) Que el gobierno de la República de Chile, interrumpa los vuelos que realiza semanalmente la empresa LAN a nuestras Islas Malvinas, hasta tanto se revierta la agresión unilateral británica.

3) Que Brasil; Uruguay y Chile tomen las medidas legales necesarias, con carácter de urgencia, para que ninguna empresa instalada en Brasil, Uruguay o Chile participe de forma directa o indirecta sea en la explotación petrolera sea en la producción pesquera de las islas Malvinas.

4) Que Brasil, Uruguay y Chile prohíban toda comunicación aérea entres sus respectivos territorios nacionales y la Islas Malvinas.

5) Que todas las medidas tomadas por Brasil, Uruguay y Chile, sean también adoptadas por UNASUR.

Malvinas es la prueba de fuego de UNASUR.